Quisiera poder despegarme de los ecos de esa voz, de cadenas que apretan el pecho y no me dejan respirar. Quisiera entender el cliché que repito hasta el hartazgo para poder abandonar el ridículo de mi soledad. Es que entre el sinsentido y el sentido sin mí se dibuja una línea cada más transparente. Tal vez la guillotina no me mate los pensamientos, quizás las máscaras cubren la lepra de mi inconciente: todo eso más allá de los sentidos todo eso que es el vórtice de lo prohibido. Fascinación con lo intangible entre los surcos de mis pupilas. Tanta literatura de autoayuda consumiéndome las carnes, entorpeciéndome las dudas. Otra vez un sábado azul, - no de la realeza - Otra vez se me destiñeron los labios. Y hay unamarilloque pulula entre los ríos de susurros que se acumulan en mis oídos. Amarilloy noverde porque la esperanza la llevo intacta. Nuevamente no tengo el final, estoy en la esquina de una cortada, estoy esperando una mañana. Estas palabras que no me completan, estas ideas inacabadas de mí, esta censura de no caer en el lugar del que nunca salí. Es como escribir pero sin el Otro, sin el Ego siempre acechando las tempestades. Lástima de mí que soy incapaz de (no) sentir. Eso y dejar de buscar excusas para quedarme. ¿En dónde? Acá, al costado de todo sólo por Cobarde.
Que lindas palabras Aldana, me gustó ésto. Mucho! besos.
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