Uno más uno (II)

-No sé, no puedo. Creo que abandono las pistas.-
-¿Por? A veces pasa. No empieces con los traumas de mediodía.-
-Fatídicos insomnios de las tres y veinte de la tarde.-
-Uf, ahora entiendo por qué colgar los guantes.-
-¿Ves? Y eso que todavía no intenté uno de corrido.-
-¿Te llamó? Dijo que te tocaba después de este que salió.-
-No, dijo otro nombre. Estoy cada día más lingüista, soy un asco.-
-Es un fetiche raro el tuyo. Seguro que sos de las que les gusta que le hablen cuando se la garchan.-
-Obvio. Me seduce una frase mucho más que una pija.-
-Ni en pedo. Que se calle y labure, prefiero el mudismo.-
-Para eso voy a ver un show de mimos que garchan.-
-Sería buenísimo, ¿existirá?-
-No sé, pero podemos averiguar.-
-Dale y vamos. Vos sos la que conoce esos antros donde pueden pasar estas cosas.-
-Te toca, dale. Yo llamo a mi amigo, seguro que nos tira una data.-

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