Hormigas Ciegas

Soledad encarcelada entre los barrotes de este bullicio.
Paredes carcomidas de humedad gris.
Ojos parpadeantes que se dormirán sin saber.
Bancos repletos de impunidad,
deja vú de aquel que se quedó sin humanidad.
Y una voz que resuena al frente,
falacias incongruentes de un caos
repetidas letras acumulándose en esa boca.
Manos ávidas de aprehenderlo todo.
Huecos vacíos de saber...
Ellos moviéndose a su antojo
Ecos de gritos sin retorno,
indiferencia de tímpanos que oyen sordos.
Yo solo miro de reojo,
tanto polvo cubriéndose de espanto...
Miro lo que nadie parece advertir,
nadie parece advertirme.
Y yo sigo llorando fuego en mi retina.

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