Y si te dije adiós no era para que te marcharas...
Sólo quería saber si existe algo más que tu sonrisa.
Tu espalda es la madre de todas mis caricias
y entre tus brazos el Edén florece irrespetuoso.
No quería decir adiós, quería decir buen día...
Quería que tu mirada ya no se revolcara en melancolía.
Ya no sé lo que quería, sé que quiero en tus silencios
Te quiero en tus silencios
Volvé que tengo los pies fríos.
Volvé que te AMO aunque no siempre te nombre.
El tiempo es uno, es mío. Y cuando te extraño Maximiliano, es eterno.
ResponderEliminarVery nice!
ResponderEliminarNi loca, eh.
ResponderEliminarJaja. Vos te lo perdés!
ResponderEliminarPero también es eterno cuando lo compartimos. Es nuestra propia dimensión desconocida, pero que nos es tan familiar...
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